Darle play a las emisiones: impacto ambiental del streaming

octubre 30, 2024
Investigaciones
  • Autor: José David Delgadillo Mendoza
  • Fecha de Elaboración: 06/09/2024
  • Fecha de Publicación: 30/10/2024
  • Categoría para la Web: Investigaciones

 

Introducción

En la actualidad el consumo de contenido por streaming se ha ampliado, habiendo múltiples plataformas tanto de paga como gratuitas que contienen diferentes tipos de contenido que van desde la música, podcasts, películas, series, documentales, videos o transmisiones en vivo. Estamos viviendo una nueva era de entretenimiento donde los medios tradicionales como el radio, la televisión, el cine o el teatro, están siendo desplazados o han tenido que hallar la forma de sumarse al streaming y el consumo de formatos físicos ha descendido. Pero cada vez que le damos play a esa serie que nos atrapó en su trama o para poner nuestra canción favorita no nos damos cuenta de que con esta actividad estamos impactando al medio ambiente.

 

Impacto ambiental del streaming

El streaming es hoy en día una industria masiva que representa el 82 % del tráfico de Internet y es responsable de aproximadamente el 6 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que equivale al sector de la aviación, según la reciente serie documental “Frankenstream, el monstruo que nos devora” que arroja luz sobre el tema.

El impacto ambiental de esta actividad, por tanto, es notable, a pesar de que, como subraya en EFE Verde Kemal Görgülü, director de Tecnología del servicio público europeo de radiodifusión y streaming de ARTE, habitualmente viene acompañado de términos como “digitalización”, “virtual” o “nube”, “que sugieren que es totalmente incorpóreo”. Sin embargo, apunta, depende en gran medida de la infraestructura física: los centros de datos, las infraestructuras de red y los dispositivos de los usuarios finales tienen una necesidad sustancial de energía. Y la mayor parte de esta energía, destacan, se genera quemando combustibles fósiles.

Además, agrega, los dispositivos de uso final, como ordenadores y teléfonos móviles, dependen de metales raros y críticos cuya extracción contamina el medio ambiente. Su fabricación y transporte por todo el mundo aumenta la huella de carbono.

En la conclusión de un estudio de la organización sin ánimo de lucro, The Shift Project, que estima que media hora de consumo de contenido en streaming emite el mismo CO2 que conducir durante 6 kilómetros. 

Las emisiones conciernen a toda la industria audiovisual, liderada por Netflix, HBO, Amazon Prime, Hulu y las demás plataformas de streaming, que generan el 34% del tráfico online. En segundo lugar se sitúa el tráfico que generan los contenidos de pornografía. En conjunto, la industria del servicio online genera tantas emisiones como España, según los datos del informe, que advierte que la cifra podría duplicarse en los próximos años.

El paso a formatos de alta definición ha hecho que aumenten las emisiones del sector porque los archivos se vuelven más pesados y el sistema tiene que aumentar la energía requerida para transmitirlos.

La revista Rolling Stone publicó un reporte del impacto ecológico que tienen los servicios de música en streaming, incluyendo el gigante del sector, Spotify. La publicación utilizó un reporte de la Universidad de Glasgow en Escocia, que afirma que el daño que provoca la transmisión de música por esta vía produce entre 200 y 350 mil toneladas de gases invernadero.

 

Centros de datos, el principal problema.

Precisamente, son los servidores y centros de datos los elementos que más se destacan en la relación entre servicios digitales e impacto en el medioambiente. Además de la demanda creciente de contenidos digitales, la lejanía de los usuarios de los centros de datos y la necesidad de crear infraestructuras que transmitan estos datos, dan explicación a la alta necesidad energética y su impacto.

“Cada byte que se genera en Internet implica que los datos viajen desde los centros de datos a nuestros aparatos, a través de cables, antenas y fibras ópticas”, explica Maxime Efoui, el principal autor del estudio The Shift Project. “Cada uno de estos elementos consume energía y emite dióxido de carbono”. También destaca la necesidad de estos centros de datos de estar conectados y en funcionamiento las 24 horas del día, lo que hace que las compañías necesiten de recursos para mantenerlos y para refrigerar los sistemas que almacenan toda la información.

 

Gráfica de demanda de energía en Centros de Datos. Se aprecia cómo la mayor cantidad de energía eléctrica se consume en sistemas de enfriamiento. Fuente: Clarke-Energy. Link.

 

Un estudio de Nature atribuye a los centros de datos el 0,3% de las emisiones mundiales de efecto invernadero. Los centros de datos son los mayores responsables tanto del consumo eléctrico como de las emisiones contaminantes a la atmósfera. En concreto, una cuarta parte de todo el impacto medioambiental asociado a la industria de las TIC se debe a las emisiones causadas por los centros de datos que usan todos los operadores digitales para procesar, almacenar y distribuir sus servicios a todo el planeta.

Según el informe de Shift, la proporción de emisiones atribuibles a la era digital aumentará del 2,5% en 2013 al 4% en 2020, impulsada en su mayor parte por el crecimiento del vídeo. Un informe de 2012 de Greenpeace demostró que el 55,1% de la energía usada por Apple para sus centros de datos procede de centrales de carbón, frente al 49,7% de IBM y el 39,4% de Facebook.

 

Gráfica que muestra el uso de la electricidad en el streaming, se puede apreciar cómo los dispositivos y la transmisión de datos usan más energía. Fuente: Carbonbrief. Link

 

Propuestas de solución

Los centros de datos están intentando disminuir su impacto ambiental mejorando su eficiencia en el sistema de refrigeración y mantenimiento de los equipos que es el que consume más electricidad, ya que las fuentes de esa electricidad suelen ser la mayor causa de contaminación.

En los últimos años, muchos grupos han anunciado medidas para cambiar la situación.

Volkswagen informó en junio del 2019 de la inauguración de un centro de datos que funciona con energía hidroeléctrica y 100% libre de emisiones de carbono en Rjukan (Noruega) que permitirá un ahorro de 6,200 toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2).

Por su parte, Facebook instaló una base de datos en el Círculo Polar Ártico, en Lulea (Suecia). La baja temperatura exterior ayuda a refrigerar el interior y así depender menos de generadores adicionales. Igualmente, Microsoft ha desarrollado un nuevo proyecto para enfrentarse a este problema. Aunque de momento solo se trate de una prueba, la compañía ha ideado centros de datos sumergibles en la costa de Escocia. Al estar debajo del agua la temperatura será mucho más baja lo que ayudará a reducir la emisión.

 

Centro de Datos Sumergible de Microsoft. Fuente: DPL News. Link

 

Del mismo modo, Netflix y otras empresas han usado una herramienta de cálculo como parte de DIMPACT, un proyecto colaborativo que reúne a empresas de entretenimiento y medios con investigadores de la Universidad de Bristol, los cuales se dedicaron durante una década a desarrollar una herramienta para calcular la huella de carbono del streaming y de otros usos cotidianos de internet. La calculadora usa los protocolos científicos más recientes para medir las emisiones (es decir, evaluaciones de ciclos de vida) y los datos directamente desde las empresas de entretenimiento y de medios que dependen del streaming, y las compara con las estimaciones más genéricas de estudios anteriores. Esta investigación fue tema de un artículo especializado independiente realizado por los investigadores de sostenibilidad de The Carbon Trust.

Se encontraron con que los dispositivos de consumo (TV, laptops y computadoras de escritorio, smartphones, tablets) representan más de la mitad de las emisiones de carbono del streaming (más del 50 %), en comparación con otros componentes como centros de datos o servicios de internet. El hecho de que The Carbon Trust validara la herramienta significó un paso adelante para poder evaluar más precisa y consistentemente el impacto ambiental del streaming, ya sea de centros de datos, proveedores de internet o fabricantes de dispositivos, y de las empresas de medios y entretenimiento que dependen del streaming. Entender mejor esta huella permite concentrarnos en reducir las emisiones en todas las industrias y en todo el mundo.

 

Centro de Datos de Google en Puerto Ems, Países Bajos, con aerogeneradores que suministran la energía para el mismo. Fuente: Google. Link

 

Acciones a nuestro alcance

De tal modo que en Climate Consulting by Selectra dan una serie de consejos para reducir la contaminación digital y hacer del streaming una actividad mucho más sostenible. Como tener la buena práctica de conservar los equipos electrónicos durante más tiempo. También en apostar por la descarga para limitar la contaminación digital del streaming de vídeo. Es recomendable no usar el 4G para reproducir vídeos. Además se recomienda lo siguiente:

  1. No dejar los dispositivos encendidos todo el tiempo y apagar el interruptor de nuestro router con la mayor frecuencia posible. En nuestros teléfonos, desactivar las funciones de GPS, WiFi y bluetooth cuando no estén en uso.
  2. También es posible bloquear la reproducción automática de vídeos en las redes sociales y ajustar la resolución de los vídeos en YouTube. De hecho, ver vídeos en baja definición ahorra ancho de banda.
  3. La contaminación vinculada a los correos electrónicos se denomina “contaminación latente”. Esta contaminación se debe al almacenamiento de los mensajes que requieren los servidores, ya que cada correo electrónico se almacena en 3 copias y, por tanto, en al menos 3 servidores diferentes por razones de seguridad. Para minimizar el impacto, afirman, es importante clasificar y limpiar regularmente el buzón deshaciéndose de los correos y boletines innecesarios para evitar el almacenamiento innecesario en los centros de datos.

 

Conclusiones

El streaming ha llegado para quedarse y al igual que otras actividades cotidianas, la humanidad está buscando la forma de hacer que esta actividad dañe lo menos posible al medio ambiente. Como pudimos ver las grandes empresas de streaming están innovando para que sus centros de datos contaminen menos resultando en un beneficio tanto económico para ellos como ecológico, nosotros también podemos poner de nuestra parte con pequeñas acciones como limpiar nuestro correo electrónico de vez en cuando. Así que no te sientas mal la próxima vez que le des play al streaming, solo asegúrate de darle play a la consciencia y a la acción por nuestro medio ambiente.

 

Referencias

| Escrito por : admin bnzero |

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