Estudio de arquitectura pasiva en una vivienda unifamiliar construida en una pequeña parcela de tierra de 176 m2, la construcción se eleva mirando hacia el sur hasta la pared del jardín de vegetación vertical.
Es un conjunto de 3 pisos de altura donde la terraza principal se encuentra en el segundo nivel, seguida de un pequeño estudio de conferencias. Toda la proyección de la vivienda está hecha de acuerdo a la naturaleza que nos aporta unos factores imprescindibles como son el sol, el agua y el viento, vamos a intentar buscar el aprovechamiento de estos y adaptarlos al edificio. Mediante la optimización de orientaciones de fachadas y ventanas a la exposición diaria y al estacional del sol y viento, se puede controlar el asoleamiento, la ventilación e iluminación natural.
Por otro lado se seleccionó materiales reciclados y las estrategias de control pasivo de energía y temperatura están vinculadas al diseño del núcleo. Tres chimeneas de escape de calor funcionan como dispositivos principales para controlar la temperatura caliente en las áreas de los dormitorios.
